La gloria está a cuatro décimas
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Redacción

Se escuchó fuerte el «no power» de Verstappen, que no necesita traducción, pero más retumbó el «¡vamos!» de Leclerc después de robarle otra pole al campeón del mundo, y ya van cuatro de seis en esta temporada. Minutos antes, también en la Q3, el mismo genio y líder del Mundial había trompeado en la chicane. Por momentos pareció que Sainz pelearía por una primera posición en la parrilla de su circuito, pero esta vez su compañero tenía un colchón de cuatro décimas y Carlos sale tercero. La pole vale una victoria en el Circuit de Barcelona-Catalunya tres de cada cuatro veces, según la estadística, pero en el garaje de Ferrari hoy temen al Red Bull, y es lógico: la superioridad de Verstappen en las tandas largas del viernes era incuestionable.

Salvó el pabellón Sainz con una vuelta «decente, en condiciones difíciles, y todo es posible este domingo». A muchos les sabrá agridulce la brecha en el Mundial que separa a Leclerc y Verstappen del madrileño; una brecha que también ha existido en algunos sábados, como el de Barcelona, y en todos los domingos. Pero un español parte desde la tercera plaza en el GP de España, un puesto de privilegio al que ningún piloto local se había acercado desde 2012 (Alonso, segundo). Para volver a ganar, primero habrá que empatar. Y en eso, el joven pero experimentado piloto de Ferrari está volcando todo su esfuerzo cada fin de semana.

En ese duelo final, Leclerc reparó el error previo y Verstappen se marchó sin segundo intento porque el Red Bull amenazaba con defraudarle, por la falta de potencia y por un DRS poco fiable. Es, posiblemente, el único punto débil del campeón en este 2022: él siempre está; su coche, casi siempre. Russell brilló hasta cuarto puesto en el nuevo amanecer de Mercedes, que no tiene las flechas de plata que poblaban la primera línea hasta hace cuatro días, pero al menos saben dónde buscar las décimas que les faltaban. Pérez fue quinto y Hamilton, a una décima de su compañero, sale sexto en el gran premio que ganó consecutivamente durante el último lustro. La sexta, sobre el papel, es inverosímil.

Alonso, atrapado en la Q1

A pesar del calor sofocante, 35ºC en Montmeló, la temperatura bajó un par de grados en la pradera del Circuit cuando Alonso quedó eliminado en la Q1, atrapado en el tráfico por la clásica mala planificación de algunos ingenieros a la hora de sacar a la pista a sus pilotos. Le estorbó el McLaren de Norris cuando el reloj se acercaba a cero (los comisarios no vieron nada sancionable) mientras acababa el tiempo para dar una vuelta. Ni mereció la pena intentarlo después, así que el tiempo inicial del asturiano, que tampoco era excelso (13º), se fue diluyendo entre los segundos intentos del resto hasta convertirse en 17º, separando a los Aston Martin y delante de los Williams. El Alpine se desinfló frente a Alfa Romeo, Haas o McLaren, porque Ocon, sin problemas, se quedó en 12º. No es eso lo que quieren ver sus aficionados. Tampoco lo que merece el héroe local, obligado a una machada para salvar el fin de semana a unos cuantos peregrinos, tanto los de la vieja ‘Alonsomanía’ como la nueva hornada de ‘El Plan’.

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